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Mónica Márquez | Mujer Antigua
 

“Donde hay un sueño, hay un camino”. Mónica Márquez

Alrededor de junio pedimos a nuestras clientas y seguidoras, a través de nuestra cuenta de Instagram, que nos compartieran algunas empresas con las que les gustaría hiciéramos una colaboración. Recibimos muchas propuestas muy interesantes, una de ellas, que nos compartió nuestra apreciada Connie Castro, nos resaltó.

Se trataba de Mónica Márquez, una empresa mexicana originaria de León, Gto., especializada en la fabricación de calzado fino para dama. De primera instancia me encantaron sus diseños y estilo, pero al investigar más acerca de la marca, me llamó mucho la atención el cuidado especial que ponen en el desarrollo de sus productos, ya que al tratarse de procesos 100% artesanales y utilizar materiales de proveedores regulados, minimizan el impacto al medio ambiente.

Al hacer el primer acercamiento, descubrí a la gran persona detrás de la empresa, que con sencillez y con gran disposición, me permitió descubrir a otra fantástica emprendedora llena de sueños.

Mónica Márquez comienza este apasionante camino lleno de aprendizaje y retos hace 5 años, pero en realidad en su haber hay tres generaciones zapateras de la familia Márquez. Su formación comenzó hace 15 años trabajando con su papá, que se dedica a la fabricación de calzado fino para caballero, y con la cual pudo obtener una gran experiencia tanto en ventas, atención al cliente, como en el desarrollo de productos de alta calidad.

Durante ese tiempo su amor y pasión por el diseño del calzado creció, sin embargo, el desconsolador panorama del mercado de zapato en México la llevó a realizar otros estudios y tener otras experiencias laborales. Pero el destino no se equivoca, y gracias a la gran escuela que fue el negocio familiar, decidió crear su propia empresa dirigida a la fabricación de zapato para dama de alta calidad, un nicho de mercado desatendido en ese momento.

 

Este emprendimiento nos recordará a muchos los inicios y a quienes no se han decidido, que ‘quien no arriesga no gana’.

Generalmente construimos las empresas desde cero, dando pasos pequeños y seguros. Este fue el caso de Mónica Márquez, quien se aventuró con 20 pares de zapatos, vendiéndolos entre amigos y familiares. Pero cuando se traza un objetivo, la perseverancia es la palabra clave y lograr conformar un equipo de trabajo comprometido con la empresa, la herramienta necesaria. Esta es una de las partes más bonitas de su historia, las personas con las que comparte su sueño y el esfuerzo de hacer crecer la empresa. Muchos de ellos son personas de la tercera edad, jubilados, que han compartido su invaluable experiencia y calidad de trabajo.

Para muchos de nosotros, el emprender ha significado que diferentes emociones se conjuguen, desde las ganas de salir adelante, como el miedo a la incertidumbre, y que estos sean parte de nuestro diario vivir. Pese a ello, siempre hay una fuerza que nos motiva y nos alienta. Algunos tenemos la suerte de poder compartir nuestros proyectos con la familia, contando con un apoyo incondicional y un soporte para compartir éxitos y fracasos. Este es el caso de Mónica, donde trabajan hombro a hombro, madre, hermana y esposo, conjuntando habilidades y teniendo muy en claro un propósito común:

“Tenemos un compromiso claro con nuestros clientes ofreciéndoles productos de alta calidad, con nuestro equipo de trabajo al proveerles espacios adecuados para realizar sus actividades, lo cual les permita desarrollarse en todos los ámbitos de su vida profesional de una manera positiva, con la competencia, generando canales de comunicación que nos exijan ser mejores día con día y por supuesto con nuestra comunidad, realizando mayores esfuerzos para convertirnos en una empresa socialmente responsable.”

Gracias Mónica, por compartirnos tu sueño.

www.mujerantigua.com